En Ningún Lado.
Espejitos sucios.
Muertos que duelen.
Temblor.
Día vertical.
Todas las cosas son de color azul.
Amares
Cuatro plantas en cinco tubos de ensayo.
Allá lejos y hace tiempo.
Lemon pie.
Buenas nuevas.
Buenos Aires, marzo de 1976: las negruras y los soles.
Arrugando.
Romper.
BUENOS AIRES, JULIO DE 1975: VOLVIENDO DEL SUR.
Sueños II
Sueños.
Juan Ramón.
Neruda
El corazón pesado como una montaña.
Ojo de mosca.
Estamos aquí reunidos...
Pomme d'amour.
Puede ser que ese chabón alto, encorvado, de pelo largo y ropa larga, seas vos. Me muevo inquieta, jugueteo con los dedos entre mi pelo, entre la ropa. Ahora lo pienso, en retrospectiva: Definitivamente esperé mucho tiempo, me morí mucho tiempo. Y estoy enamorada, fui fiel son proponérmelo, mucho más fiel de lo que fui con todos los demás.
Pero no quiero perderme en cavilaciones cursis, porque vos estás por llegar y necesito tranquilizarme. Si yo tengo estas expectativas, vos debés tener más o menos las mismas, y eso me pone a mi -y por consiguiente, a vos- en una posición un poco de diosa pero yo sé que no sé llevar ese sayo. Y de vuelta, caí en digresiones.¿Qué más voy a hacer, si no sé dónde estás? Puede que no seas puntual, no conozco tus prácticas. Y mirá que extraño, ya me quiero hasta mudar con vos. Te vi poco y nada, te escuché la voz un poco más pero me hablaste con los dedos -de la peor manera posible- durante el tiempo suficiente. Y ¡BUM! Me enamoré el mismo día, o quizás al siguiente, en que me dijiste que volvías. Pero faltan unos minutos para la cita.
Que voy a hacer cuando me toques, cuando me mires. Toco la vida con las yemas porque no puedo tocarte a vos. Vas a acercarte sonriendo estupendamente, no me decido si con lujuria o felicidad. Pero es lo único que sé, no tengo idea de lo que vas a rozar primero. Si es un abrazo, me voy a fundir con lo que, imagino, será tu piel. Me voy a dormir en tu nuevo calor, escuchándote -y viéndote- respirar, con los dedos en toda mi cáscara, entre mi pelo, intentando abarcarme de punta a punta.
Y si es un beso... bueno, es difícil explicar al Apocalipsis en un párrafo escrito con lápiz. Pero supongamos, por un segundo, que no sufro pequeños derrames cerebrales cada vez que recuerdo tus labios. Entonces yo vería dar vueltas el mundo a través de los ojos, siempre cerrados; olería tu olor; me aguijonearía tu tacto agudo, y escucharía mi propio corazón directamente en los oídos. Estaría dispuesta a todo, porque transpiro un poco amor, un poco deseo.
Y después me llevarías de la mano pero yo estaría convencida de que no me basta al tacto y que sólo me bastaría si estuviésemos desnudos y entrelazados, sin sábanas que turben mis ojos extasiados entre tantísima extensión corporal.
Sin tontos preámbulos, deberías conducirme a tu casa que en este punto no me importa si existe o no, desvestirme entre besos dulces y no tan dulces, enloquecerme los puntos débiles con la respiración y tocar acá sí, acá no, dejándome con las ganas de un todo acá sí.
Y vos vas a, en la realidad más real, volarme de un soplido la etiqueta de Platoncita para dejarme el pecho abierto y poner ahí lo que queramos y nos quede más cómodo y poético. Yo me tiro por compañeros, no sé vos. ¿Después? No tengo idea. Todavía no llegaste pero ya estamos viviéndonos.
Ay... no sos vos ese alto.
Esto es viejo. Más exactamente de Junio. Al final, lo que escribí es inmensamente más lindo de lo que terminé viviendo. No me arrepiento de nada.
Pierrot se llama Anónima.
Awake my Soul.
¿Vos sabés dónde quedan los mejores besos que diste?
Pasitos.
Curioso.
El mismo temblor.
Mutantes.
Manzana con azúcar.
Adentro.
La voz suave del mar.
Por eso, no has de extrañarte si, alguna noche, borracho, me vieras pasar del brazo con quien no debo pasar.
Sobre el abismo.
Que no se vaya nunca el eco de los bombos.
Losing you is like somebody just turned all the lights off
Purasangre.
¿Qué tipo de bicho malo sos?
En cada esquina.
Para Buho.
Es increíble lo fuerte que silbo.
Ains...
Confesionario.
Es de noche en la playa y allá, a unos metros nomás, se termina el mundo.
Monigotes.
Does anyone know that you are this way?
Gurí.
Tarde fuego y color negro.
Tonta de descontento.
¡No corrás!
Trapitos sucios.
Dos, tres. Fin.
Te amo con todo el intestino delgado.
Paso lista.
¿Cómo estás, gato con botas? ¿Con la sonrisa dada vuelta?
3 Strikes and you're out!
Pobre Amor.
De lo mal que me hace revolver cajones.
Un cansancio que no deberías tener a tu edad.
CostaTierra.
Sobremesa.
Oleos.
Envidia.
Breve historia de Ficción.
El lunes a las 19 hs. en la mitad, en Roca.
Y la nieve me va a hacer acordar a vos.
Sal y aceite.
Voy a agarrar a mi ratón y sus juegos. Voy a llenar mi mochila de libros y música, a tomar varias fotos, un poco de subsistencia, algo de respeto o dignidad (tendría que elegir) zapatillas de lona, un jean y una remera negra para salir a andar con eso. A donde me sangren los pies me voy a quedar. Rumbeando para el norte, al calor de Buenos Aires o Córdoba. Si llego, a Uruguay. El celular no me lo voy a olvidar, lo voy a dejar a propósito. Total, la gente que me quiere sabe a donde voy a parar. Pateando por la ruta, ni en moto, ni a dedo, ni a caballito. Yo sola, como siempre, eso me gusta.
Dios no me existe. El karma, el destino ya escrito, no me existen. Pero que ésto sea coincidencia es demasiado.
Si yo no hubiera insistido para viajar en el auto de mi amor de verano, si yo hubiera insistido lo suficiente como para lograr que me siguieran, si él no hubiera tenido que asesinar las desdichas, si él no me hubiera visto. Si él me recordara.
¿Acaso fue la suerte la que me llevó ese día a verlo, fumando apacible a un costado de las vías del tren? Lo dudo, y sin embargo no tengo ninguna explicación mejor.
Hace un tiempo escribí "Tengo que dejar de esperarte". Las viejas palabras todavía se amontonan en mi cabeza e intentan salir en el mismo orden. Y lo logran.
Me tenes cada vez más confundida. Todo en códigos, todo armado para descifrar. No me gusta perder el tiempo, por eso yo pongo las cartas sobre la mesa. Entendé, entendeme. Sos difícil, con tus misterios y tus rehuidas, con las cosas a media luz.
Peligrosamente vedado.
Artesaneando su vida.
Me extraño a mi.
-Te digo que no me estoy negando. Yo estoy abierta a que nazca, pero no está.
-A lo mejor está, a lo mejor no lo ves. Lo esencial es invisible a los ojos.
-Desear un cordero es prueba de que se existe.
-¿Y negarlo?
-Uno no puede negar un cordero.
-No, pero puede aprender a disfrutarlos.
-Yo sé disfrutar a mis corderos.
-Ojo con los lobos.
Voy a salir nena a buscarte, y vas a ver cuando te encuentre.
El Diablo, que conoce mil lugares donde hay minas y algo como amor.
Everywhere I go no one understands me.
Pero a la gente no le gusta ser feliz, es una pena.
Otro título.
Clasificado.
Cortazar.
Creo que me estiman porque mi pelo mantiene limpios los conductos, incesantemente corro por los tubos y nada me gusta más que pasar de piso en piso resbalando por los caños. A veces saco una pata por la canilla y la muchacha del tercero grita que se ha quemado, o gruño a la altura del horno del segundo y la cocinera Guillermina se queja de que el aire tira mal. De noche ando callado, y es cuando más ligero ando, me asomo al techo por la chimenea para ver si la luna baila arriba, y me dejo resbalar como el viento hasta las calderas del sótano. Y en verano nado de noche en la cisterna picoteada de estrellas, me lavo la cara primero con una mano, después con la otra, después con las dos juntas, y eso me produce una grandísima alegría.
Entonces resbalo por todos los caños de la casa, gruñendo contento, y los matrimonios se agitan en sus camas y deploran la instalación de las tuberías. Algunos encienden la luz y escriben un papelito para acordarse de protestar cuando vean al portero. Yo busco la canilla que siempre queda abierta en algún piso; por allí saco la nariz y miro la oscuridad de las habitaciones donde viven esos seres que no pueden andar por los caños, y les tengo algo de lástima al verlos tan torpes y grandes, al oír como roncan y sueñan en voz alta, y están tan solos. Cuando de mañana se lavan la cara, les acaricio las mejillas, les lamo la nariz y me voy, vagamente seguro de haber hecho bien.