Tonta de descontento.

Te corresponde una biblia. Pero no sería tan extensa, interesante y, por sobre todo, mentirosa con vos. Y me recomendaron que no me enganche, pero... es imposible a este punto. Voy a imaginar que todavía puedo con mi genio.
Hoy, cuando iba a asesinar bolas de telgopor, pedazos de tela y témpera a cuchilladas, la vi. Estaba hermosamente vestida, peinada, con un gesto un poco enojoso pero no más que eso. Parecía molestarle el viento. Tuve un lindo pensamiento a pesar de las malas sensaciones.
La coincidencia, noté, no era haberla encontrado en el lugar obvio, en el momento obvio. Era no haberla encontrado hasta ese día.

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