"-Tienes edad suficiente para saberlo, Claribel. Tus padres, los reyes, nunca quisieron decírtelo. Pero consulté a mi bola blanca, querida, y no puedo ocultarlo- se alejó para buscar la tetera con agua que hervía sobre el fuego- Tendrás que superar tiempos difíciles. Toma las decisiones correctas, y no llores por causas perdidas- vertió el líquido caliente en el pequeño cuenco delante de la niña y un suave olor a canela inundó el ambiente- A veces las cosas no están tan mal como parece. Cuando se acerque el año nuevo de tus dieciséis años, deberás ser fuerte. Y recuerda, no mires atrás por mucho que lo desees, sólo lograrás morir de pena… ¿Está muy caliente?

La princesa, perpleja, quiso averiguar más. Pero la bola blanca sólo había mostrado imágenes difusas de la niña, llorando desconsolada, y muy pocos datos más.

-Espero que sepas comprender, mi niña, que no puedo darte más detalles. Debes saber que te espera un desenlace asombroso. Pobre, pobre princesa…- acarició la cabecita rubia intentando consolar a la joven."


A pedido, podría decir. ¡Hacía tanto que no escribía solo para mostrar!

Es asombroso cuando me estremezco con solo recordar

“Las estrellas estaban correctamente posicionadas. La noche, clara y fresca. Todos alrededor, expectantes. Debía nacer en ese instante. Unos minutos después sería demasiado tarde.
El primer quejido del recién nacido llegó una hora antes de la media noche, y tres minutos después de lo que hubiera sido conveniente. En la sala reinaba un silencio torturante, esperaban la primera palabra como si les fuese la vida en ello. Todos permanecían inertes, excepto la niña, que se revolvía inquieta en su cunilla de oro y gemas.
-Su vida será tormentosa, Su Majestad. Lo lamento- dijo Hergaf.
Nadie habló en el reino durante diez días...

Soñarte es casi como vivir allí.

Ah, Lanús, barrio pobre y lindo, sucio, descuidado, lleno de olores y gente. Lanús, mi hogar, el lugar donde viví mis años más lindos, más amigables. El lugar de mi gente, de mis recuerdos, de mi infancia, de mi club de futbol. Las avenidas, el Plaza Vea que quebró, la vía que tanto miedo me daba, Jessi, Lu, Claudito, Carla, Cesar, Aye, Karen, Mamberti 706, la esquina mas linda del mundo, la 25 de mayo, el paso bajo nivel en el que te tocan el culo o te afanan, el 100 que te lleva al alto avellaneda, lo de Carlitos, el video club de la esquina (¿Acá venden Cindor?) La Veneciana con un helado que parecían fideos. La abuela fumando a escondidas, la Navidad con los fuegos artificiales, los papelitos que entregábamos en la calle y si los tiraban los íbamos a buscar, los conchetos del Oeste (perdonen primos)La plaza a donde iba en rolles, los pirulines, era re adicta, como a los conogol, la calle que se inundaba y yo tirando barquitos de papel, el kiosco al que no fui más porque el hijo mataba pajaritos, el Señor de los Gatitos, Juan el zapatero, el Jardín con Marta que tocaba el piano y Ale que me retaba por llevar nueces, la señorita Lidia, todavía la odio por no dejarme llevar en almohadón, La Asunción, Guido (mi primer novio, me duró como tres años), el Esportivo Alsina, mi primera vergüenza, las gorditas del almacén, la venta de pulseritas (un fracaso), la tortuga, la coneja que resulto ser macho, los hámster muertos por mi (jajaja), en fin, todo loco, cuando esta lindo, cuando llueve, cuando graniza, cuando nieva (Si :O), en todos sus estados Lanús encanta, por lo pintoresco, lo groncho, lo divertido…Extraño ser chiquita y no conocer más que el lugar de mis sueños.

Decirlo sería… casi como confirmar tu existencia, casi como admitir que te amo.

Tengo ganas de escribir y no se que. Estoy feliz, amo tus labios, quiero que sepas cuando decir algo y cuando callarte, quiero que puedas diferenciar los momentos donde me tenés que pedir un beso y los momentos en los que me lo tenés que robar

Tenemos que hablar

Estaba mejor sin vos. Vivía mas segura, mas confiada, no me sentía amenazada. Quiero volver a eso.
Tengo ronca el alma de quererte
En esta soledad llena que me ahoga.
Tengo los ojos llenos de luz de imaginarte
Y tengo los ojos ciegos de no verte.
Tengo mi cuerpo abandonado al abandono,
Y tengo mi cuerpo tiritando de no poder tocarte
Tengo la voz tosca de hablar con tanta gente,
Y tengo la voz preciosa de cantarte.
Tengo las manos agrietadas de la escarcha
Y tengo las manos suaves de en el cielo acariciarte.
Tengo soledad, luz, alegría, tristeza
Rebeldías, amor, sonrisas y lágrimas.

Y también te tengo a ti, preciosa
Caminando con las venas con mí sangre.
Suaves labios,
Dulce pecho,
Bella caída de tu entrecejo.

Tienes alas en tu angosta espalda,
Tienes sedas por patricio habla.
Tienes, como pocos tenemos,
Un mundo de delicados sueños.

Pequeña hadita
¿Vendrás a mi encuentro?
¿Podré encontrarte en mis noches de desvelo?
La luna está llena de gatos. Me acompaña la musica, me ama lentamente mientras saboreo una copa de licor rancio y barato. Tengo que dejar de esperarte.
El tiempo de Mariela se divide en porcentajes. ¿Cuáles? Y bien, depende de la situación.
Mariela está de novio, esta en la secundaria, tiene dos mejores amigas, varias amigas y varios amigos mas o menos buenos. La familia de Mariela está lejos, los extraña, habla con ellos. Mariela tiene uno o dos pretendientes que saben que tiene novio y no les importa. Y a Mariela la enloquece otro chico, pero no va a pasar nada porque, como dijimos, tiene novio. Ella no se va a casar nunca, dice. “Quizá formar una familia en pareja, sonará inestable pero por lo menos no nos ata nada”. Es mentira. Ella, si la estabilidad no se la dan otros, la pierde. Por eso busca amigos, novio, consejos, libros, música, lo que sea que la ayude a estar un poco mejor.
Ama los pequeños placeres de la vida, la lluvia, el sol en el agua, los reflejos, el olor a café, a pintura, a libro nuevo. Y, aunque parezca raro, ama estar triste. Saca lo mejor de ella. Ver como un tren desaparece entre la niebla es como una oleada de poesía en ella.
Es fatalista.
No quiere que el dolor se le pase, porque así no se puede expresar. Contenta no dice nada.
“Si lo que te dicen es malo, mejor ni escucharlo, ¿No?”
Mariela siempre, pero siempre, ve lo mejor de las personas. A veces se da cuenta tarde de que cometió un error, a veces no se da cuenta.
Mariela piensa que siempre es mejor tener un respaldo, para no caerte. Y también piensa, esta convencidísima, que en el amor se pierde, se gana, se empata. Pero ante todo, hay que estar vulnerable, no importa si te joden, porque total te enamoraste y es un riesgo que hay que correr. Cree con convicción que los manuales no sirven, si al final las cosas no las haces en frió, y te equivocas. Odia a los hombres por lo que le hicieron, a casi todos.
Mariela sabe que cuando su vida este mas o menos armada, va a seguir estudiando. Mariela imagina, cuenta, ríe, miente.
Odia el cinismo, aunque lo practica con periodicidad.
Mariela tiene ganas de un proyecto. Largo, complicado, rarísimo. Pero es su proyecto y lo quiere hacer, terminar y usar cuando lo necesite. Sí, empezar, lo va a empezar. Pero ni terminar ni usarlo, no es tan ingenua.
Mariela escribe: Si alguna vez me llegas a engañar, a vos, que te amo, no te lo voy a perdonar, por más que te quiera. Porque si me engañaste es, o porque no me querías, o porque cometiste un error que a mi me lastimo. Y si no pensas en lo que me va a lastimar en un momento, ¿Por qué vas a hacerlo en otro? Y si vos me dejas por otra, o por que queres, pero días después estas con ella, no me voy a mostrar herida, por que ganas vos.
Mariela ahora está herida. Pero se mantiene, no sabe bien como. Es como un pajarito con el ala izquierda rota, tratará de mantenerse un rato en el aire, pero tarde o temprano va a caer. Y cuando lo haga, es mejor tener donde hacerlo.
Mariela espera que un día llegue un príncipe, no necesariamente azul. Y que ese príncipe la llame René, Miranda, Ella, Uma.
¿Qué por qué te digo esto? Principalmente porque puedo, porque decírselo a una persona sería casi cometer suicido emocional. Yo sé que no me juzgas, que estas acá cuando quiera, si te llevo conmigo te tengo al lado, no tenes nada mas que hacer excepto escucharme a mi. Y no podrías criticar cada cosa que digo, no me das consejos que nunca usarías. Y sé que nunca me traicionarías salvo que yo me traicionara primero, que no podrías esconderme cosas, que no me mentirías y que serías amigo siempre y cuando yo te dijera la verdad (o no, creerías todo lo que te digo, demasiada inocencia blanca bajo tu piel) ¿Qué me cansaría de decir las cosas y no recibir respuestas? No lo creas, mi pequeño amigo. Por ello te busco, porque no quiero que comentes nada de lo que digo. Para eso, sí, están los otros. ¿Te podrías considerar un borrador de lo que tengo que decir? Exactamente. Eso eres. Un simple borrador. Pero recuerda que los mejores artistas empiezan por un borrador. Sin ti, mis ideas escaparían por los pequeños agujeros que tiene mi cabeza y no podría inmortalizarlas. Pobres, ellas no entienden su cruel destino sin mí. Y sin ti, por supuesto. En cambio, cuando me ayudas a guardarlas por un rato, estas cumpliendo un papel mucho más importante que el que podría cumplir cualquiero otro.
Si supieras lo triste que estoy, si supieras que necesito desesperadamente un abrazo, no puedo estar un segundo mas esperando como una idiota, sentada frente al espejo mirando como resbalan las lagrimas por mi cara demacrada de dolor. Ayudame, acercate, mirame a los ojos y decime que me vas a llevar lejos y que no me vas a dejar pensar nunca más.
La cuidad despierta abrazada a un ruido blanco que asemeja nieve. En manchones, el sol toma revancha, roba minúsculas gotas de barbarie asesina y sublime. Todo tiene un color… ¿Cómo decirlo? ¡Magnificente!, ¡Encantador!, ¡Eterno!
Ya no la extraño. Acepto que se fue. Y aun cuando me digo que no es así, tengo la culpa. Sí supiese como sucedió todo, estaría más tranquila. Pero todavía guardo la duda. Un día, querida, podré reemplazarte. Pero dudo que sea tan fácil como me dicen. Esperaba pasar el resto de mi vida contigo, y a ti, te llevo la muerte. Lastima, tenía planes. Planeamos para no morir, ¿Qué te llevó a dejar tu vida tan fresca, llena de tinta? ¿Qué te llevó a abandonarme? ¿Y a fallarme de esa forma? Ya no te extraño, no puedo hacerlo más. Demasiada sangre en mis manos, demasiada culpa en las tuyas.
Eso me lo decís ahora. “Chau”, decís. Y no te creo nada. Vas a ver que no podés. No es que no crea en vos, pero no cambias. Ya sabés, paso una, dos veces. Ahora es rutina. Ayer me dijiste que sí, un rato más tarde estabas dudando. Pasó la noche, llego el día y con él, una decisión que no te crees ni vos. ¿Osito? Adorable, gracias, pero tengo garras. Y no me toques el corazón una vez más porque las voy a usar todas contra el tuyo. Entiendo que no sabés qué decisión tomar, pero no te aproveches de que estoy mejor. Bah, recuperarme puedo. En realidad no lo necesito. Pero la próxima vez que me digas que me querés, gritamelo, por ahí no te lo creo.

Te pedí una vuelta más y me la diste. ¿Quién hubiese pensado que no lo hacías por mí?
Cae el sol sobre las medianeras. Yo, sentado a la sombra de un viejo cogñac, la espero. La espero porque la amo con su paso presuroso, su sonrisa conservada tras un velo de dulzura. Su traje, hermosamente corto, la aguarda todavía sobre su cama. Creo necesario otro trago más, cariño.
Ella ya no pasa por mi pórtico. Es un hada de la luna sin alas. Tampoco yo la espero, ¿Valdría la pena esperar?

¡Maravilloso! (¿Maravilloso?)

Son unas hojas revueltas y escritas por todos lados, llenas de incongruencias y desparramadas en una vieja carpeta, pero se cree diario.
Él me dijo que era feliz. Que era feliz siendo escrito por mi. No quería vivir lleno de ecuaciones y, menos aun, de bronca enganchada adentro. Ahora tiene pensamientos sobrios, tales como: "Quiero empezara dibujar", o "Ya se que no soy como el común de la gente". Y algunos más tristes, para que mentir. Pero bueno. Él me lo pidió, y yo estoy para complacerlo.
Me cuenta que le gusta el bossa. Que le gustan mis palabras, que le gusta el olor a tinta china con la que lo escribo. Me critica que lo dejo tirado, que ahora, por ejemplo, esta todo sucio.
Y aunque no lo dice, sé que me mira con recelo hacer esto, escribir acá. Debe pensar, ¿Y yo, para qué estoy? Y tiene razón. Pero a veces es más fácil compartir. No lo entiende, es tan terco como yo.

Paz. O no.

Me gusta saber que con el paso de los días mi almita se llena más de felicidad, comprensión, buenos recuerdos y salud. Me gusta verme mejor, con la sonrisa guardada en un frasquito pero no porque no puedo usarla o me la roban, sino porque siempre, pero siempre, tengo una de repuesto.
Me gusta ir dejando atrás al miedo, al miedo malo que me muerde los talones y las ideas, que tiene ojos saltones y cara de maniático. Y lo pinto así sólo porque ya no me sigue tan de cerca, que sino es el monstruo más temible.
Es agradable verme sin los antiguos miedos, sin las persecuciones, sin los agravios, la vergüenza, la violencia, la muerte que llevaba marcada en el pecho y que se me tatuó en el cuello. Nunca voy a olvidarme de lo que hiciste. Arruinaste la relación de dos mujeres que podrían no haberse conocido nunca. Me arruinaste el pasado, porque ya no voy a poder mirar para atrás sin que la cosquilla tenebrosa que me causa que tu presencia se avive y me traiga lágrimas a la vida, aunque sea de noche cuando nadie me escucha ni me ve ni me siente. Porque yo era terriblemente infeliz antes y ahora mi felicidad me da culpa porque es tan perfecto que a veces tengo miedo (y otra vez con el miedo) de que se me rompa el castillito de cristal en el que vivo y yo me caiga a un pozo tan profundo que, como dije una vez, tenga que arrastrar mi cuerpo hasta no tener más sangre, tenga que romper la piel de mis manos y hacerme migajas para subir.
Pero después me acuerdo que ya estuve abajo. Y ahora estoy arriba. Y es demasiado probable que vuelva una vez más a mis orígenes. En todo sentido.
Y ahí vuelvo a ser feliz sin restricciones, al lado del hombre que amo, intentando no en vano alejarme de los que me hacen mal, de cambiar, de vengarme. Y sí, algún defecto tenía que poner.

De Amor y de Odio.

Ayer estuve mucho tiempo leyendo a un hombre destrozado por una mala mujer y me sentí encarnada a ese cuerpo y a esas acciones mucho tiempo atrás. Y tuve tanto miedo de repetirme que me escondí en mi diario llorándole recuerdos que me hicieron mal.Te quiero, y tengo miedo de decirte cuanto. Doy mi alma por ello.Tenía razón. Ella es una mala mujer. Dejá de aprovecharte de mi amigo. Por que, aunque estoy cada vez más compasiva, no me molestaría volver atrás por vos. Es más, un poco de presión de tu parte y lo hago con gusto. No vas a poder salir más a la calle. No vas a querer hacerlo.Dios no me existe. El karma, el destino ya escrito, no me existen. Pero que ésto sea coincidencia es demasiado.Si yo no hubiera insistido para viajar en el auto de mi amor de verano, si yo hubiera insistido lo suficiente como para lograr que me siguieran, si él no hubiera tenido que asesinar las desdichas, si él no me hubiera visto. Si él me recordara.¿Acaso fue la suerte la que me llevó ese día a verlo, fumando apacible a un costado de las vías del tren? Lo dudo, y sin embargo no tengo ninguna explicación mejor.Hace un tiempo escribí "Tengo que dejar de esperarte". Las viejas palabras todavía se amontonan en mi cabeza e intentan salir en el mismo orden. Y lo logran.Me tenes cada vez más confundida. Todo en códigos, todo armado para descifrar. No me gusta perder el tiempo, por eso yo pongo las cartas sobre la mesa. Entendé, entendeme. Sos difícil, con tus misterios y tus rehuidas, con las cosas a media luz.Basta de estupideces. Basta de sufrir. No pido mucho, un amor que me haga bien, que no tenga recaída sobre recaída, uno que no esté tan gastado que se rompe si te tratás de esconder abajo. Quiero dejar de tener una vida de suicidio.Dios mío, que confusión. Es lo lógico, fue demasiada la agonía. Pero no estoy, no estamos, para metáforas. Hoy fue un día terrible. Uno de los peores. Pienso mucho en vos, ¿Cómo te estará afectando todo esto? Me faltan tus besos perfectos porque nuestros labios encajaban. Me faltás vos, durante un rato, y después de vuelta a olvidarnos.Dejalo en paz, perra. Vos sos la mezcla imperfecta de Cortazar y Jimmy Choo. Vos sos ceroh.Sólo yo tengo ese derecho cuasi-divino a tocarte y convertirte en desdicha. Ya lo dije tantas veces que nadie debería sorprenderse. Soy puro veneno.Quiero que me digan que todo va a salir bien y que me contengan cuando eso no pase. Me gustaría poder llorar en un abrazo amigo.Y quiero ser perfecta para vos, atrevida, única, elocuente, rubia.Dejalo para mi, que vos ya lo tuviste y lo manejaste mal. No soy de ese círculo, jamás intentaría entrar. Dejalo salir.Empieza la cacería. Tenés diez segundos de ventaja. Pero cuidado, que apunto bien.Me dejaste esperando otra vez, querido.Me dejaste otra vez.Hoy soy otra mujer, y me siguen doliendo las mismas puñaladas. Te vas, ya lo sé. ¿Hace cuanto tuve que vivir esta situación? ¿Mi historia siempre va a repetirse con tal periodicidad que jamás llegue a curarme?Te vas, ya sé, y sin embargo todavía me encadeno al teléfono esperando recibir noticias tuyas, todavía me clavo desesperadamente las uñas sobre la piel de las muñecas con el único fin de filtrar el dolor.Y te vas. Lo sé, y yo me quedo en mi triste realidad de frío y libertinaje. Otra vez.Necesito un abrazo.Y a vos, ¿Cuánto te interesa?Es extraño. Relaciono la tristeza a la enfermedad física. Soy extraña.Ayer, al amanecer, noté que estaba sola en esa cama y sola en esa habitación fría. Necesito dormir con alguien. Noté también que aclaraba afuera y en general a esas horas la noche sigue comiéndose a las luces. Y por consiguiente noté, además de que era sumamente extraño, que el invierno se acercaba, el clima iba a ser todavía más inclemente con mi cuerpecito. Y te necesité.A ver que me dice después. Te tengo miedo porque enamorarme y romperme es demasiado fácil. La llave de mi corazón esta bajo la puta alfombra de la entrada. Y mis labios no tienen cerradura.Me encantás y aun así siento que hay algo en vos que no cuadra, te veo como un lobo disfrazado de oveja. Con lo que me gustan las ovejas.Gracias y adiós. Como siempre. Esta vez no me despido con un agujero en el estomago y una barrera en la traquea. Tampoco me despido saludando al tren con un pañuelo blanco entre la niebla de Londres. Esta vez armo mis valijas y te dejo una nota horrorosamente cruel, con despiadados comentarios acerca de tu forma de ser, actuar, vestir y mirarme. Esta vez te dejo llorando sobre una esquina de tu casa, con los restos de mi perfume sobre la almohada y el último regalo que me hiciste, cuando juraste que todo sería eterno, tirado en un cajón. Gracias, adiós, te odio.El amor es suicida. El amor es lo peor que hay. Mentira. El dolor es lo peor que hay, y el amor irremediablemente lleva al dolor.El amor es destrucción. De uno mismo, del otro, de los dos.El amor es un asco, es vomitivo, enfermizo, idiota. El amor soy yo. O más precisamente, yo soy la pasión. Que es todo eso y más.Realmente soy una carrera contra el tiempo. No espero de vos más que un beso. Soy así. Me gusta tu onda, no tu personalidad. Es más, dejame decirte que no rescato nada aparte de eso. Además, para el lunes ya no voy a necesitar nada. Por eso, para vos: Descartable.Acabo de notar que no te escribí nada. Disculpá, si bien no fuiste un episodio importantísimo en mi vida llegué a tener ciertas esperanzas sobre nuestro futuro. Me dirás enamoradiza, ilusa, lo que quieras, pero me parece posible una vida junto a vos. Sí, solo pasamos un par de tardes juntos pero no importa, me basta para llenar mi cabeza de exquisitos delirios de felicidad. Me parecés bueno, y me basta. Por eso, para vos: Marido.En definitiva, nunca fue real. Soy una perra. Te mentí lo suficiente como para enamorarte, para usar lo que consideraba útil y dejarte. Otra vez. Nene, yo ya seguí mi camino. Eso sí, herirte te voy a herir todo lo que esté a mi alcance. Además de una perra soy vengativa.No. Otra vez no. Cometer el mismo error tantas veces lo único que hace es hacerme infeliz. Repito y repito: Otra vez no.Anoche volví a las andadas. Que lindo. Rescato sólo una situación poética. El aroma a vos que me quedó impregnado en el cerebro.Tenía miedo de conocerte y de que me hirieras tanto, que calaras tan profundo en mi alma. Tenía miedo de vos y de tu supuesta imagen de morocha petacona, feliz y simpática. Tenía miedo, también, de que me cayeras bien y te viese ir de la mano con ese que en su momento me hizo tan feliz y tan desdichada. No quería ser tu amiga sabiendo que tenías algo que me pertenecía. Pero después te conocí. Una playa, recuerdo. ¡Que infeliz! Rubia, tarada, con una sonrisa de teletubbi similar a un golpe terrible en la cara, con esa risita, con esas amigas, con esos ojos, con esa actitud. Esa sos vos, un asco. Te odio. A vos te llamo Palermo. Martín Palermo.El duelo está compuesto por cinco escalones. Negación, Ira, Negociación, Depresión y aceptación.En este estado de emoción violenta, sigo sosteniendo que la mía fue una decisión bien tomada. Pero tengo ganas de esconderme abajo de sus brazos y llorar, por primera vez en muchos meses, por el amor que en algún momento existió y fue tan dañino para mi. ¡Ya lo sé, me hizo mal! Dejen de repetírmelo. Necesito un abrazo, pero no uno cualquiera, uno que no me haga sentir más triste de lo que estoy, uno masculino, comprensivo, sin segundas intenciones. Estoy harta de las segundas intenciones. Necesito un amigo real, ¿Porqué no lo tengo? ¿Porqué a nadie le interesa llenar ese espacio vacío? ¿Porqué aquellos que se me acercan a consolarme se aprovechan de mi estado? Dios, que enfermo está el mundo.Siempre prioricé la cultura sobre la diversión. Pero a veces soy medio naba. Las metáforas son como caminos, tenés razón. Son caminos que yo hago para cada persona. Uno, y solo uno, esta destinado a comprender lo que escribo. A veces, por supuesto, falla.Los míos son senderos sinuosos, llenos de sombras, volteretas, esquinas tenebrosas. Al terminar de caminarlos, se encuentra una puerta. La llave está escondida muy cerca. Pero nadie pude encontrarla, a menos que aguce su lógica.Yo hago el camino, no encuentro la llave.Y por cierto, por cuestiones meramente poéticas, elijo al asesino.Juguemos a las cartas. Pero no con un mazo de barajas españolas. Juguemos al "amigo invisible". Yo sé que lo conocés. También sé que pasas con regularidad por acá. Y supongo que conoces mi debilidad por los acertijos de este tipo.Hay una canción, se llama Yo no me caí del cielo. Buscala y encontrate y encontrame ahí. A mi el recuerdo se me presentó nítido en la cabeza después de leerte, fue un sólo pensamiento.Es maravilloso el enigma que encierra esa canción, cierta frase, su autor, el primer momento en que la escuché. Parece conectarse. No voy a mentirte. Era un CD, pero de los compilados, de los viejos.Una vez escribí: "Sólo un gran poeta puede mirar a la lluvia con los ojos abiertos". Desmentime, te reto.Sí, Ella es el nuevo personaje en esta novela de amor. No, no se ilusionen, no es una ardiente lesbiana que vino a someterme a sus más oscuros deseos. Es un hombre, un poco gay, pero al final de cuentas un hombre. Lo conocí una noche mágica donde la diversión, el descontrol y la pasión reinaron por sobre los problemas. Ya lo conocía, de vista. Una semana después, los reyes se invirtieron y Ella estaba ahí, no importaba lo que pasase. Anoche las cosas se pusieron un poco más entretenidas. Ya me conocen. El amor ante todo.Pasa algunas veces que uno está muy tranquilo sorbiendo su vida de a poquito (o de a mucho, no viene al caso), disfrutando cada momento, al máximo, todo lo que llega... y de pronto, un estúpido. O dos. O tres millones, que nos tiran las ganas de ser felices bien abajo, donde no podamos alcanzarlas. Cobarde. Te convendría saber que no podés conmigo. Porque yo soy más fuerte, soy mejor. Soy vos pero mil veces más alta.Dos semanas después me siento con la obligación casi moral de contares a mis (claro está) poquísimos seguidores, casi todos avisados por mi. En fin, esta es la historia...¿Vieron cuándo están muy interesados en una persona pero que no saben realmente si del otro lado pasa lo mismo? ¿Y vieron que a veces las cosas no se dan como uno quiere? ¿Y vieron que, a veces, eso que a uno lo descorazona profundamente termina en algo mas o menos bueno? Después de un terrible, aburrido y culto concierto, me fui feliz de poder haber salido ilesa de tus brazos. Realmente pensé que algún galgo ibas a largar.Llegué a mi destino después de haber muerto de miedo, pensando que quizá me atacaban, robaban, violaban, aducían extraterrestres y otra sarta de estupideces que mis amados padres metieron en mi cabeza (algo que no pienso cambiar es mi manera de ver a todo como algo bueno y a todos como posibles cervatillos). Llegué, entré, me gustó. Pero, esperen, no me gustó él. A su réplica la vi primero. Después de un rato lo vi a él sentado ahí, hablamos un rato y...... (Esto de subjetivo no tiene nada, parece una nota de Crónica TV, mejor sigo cuando mis neuronas me lo permitan)Mirá, mamá, es él.-Te buscaste uno igual a Rodrigo vos, eh.Gracias mamá, por tirarme la fantasía a la mierda, por asquearme, por comparar a un obsesivo con un divino. Y gracias por hacerme enojar y quedar tan mal con vos y conmigo misma.No son parecidos, él es bueno conmigo, no me hace llorar, me divierto, es audaz, atrevido, rápido. Y por sobre todo, mamá, gracias por decirme sin decir que sigo siendo la misma estúpida de hace dos años, que no se dio cuenta de lo mal que hacía una relación tan enferma como la que llevaba.Rulos y cara cuadrada no hacen a dos personas la misma. Son gustos, mamá son gustos.Punto Aparte.-Ayli, ¿Eran los Xicarts a los que trajimos hoy?-¿Me estás jodiendo, papá?Pero la puta...Prefiero mantenerme en silencio. Prefiero mantener la distancia, el misterio, la agonía. Prefiero no saber a saberte completamente. Y prefiero toda una vida de tristeza a estar esperándote mil años. Odio mi vida en este momento. Gracias por nada y chau.Estoy siendo cínica. Lo sé.
La gente sufre porque hay gente que no cambia. Entonces hay que alejarse y buscar alguien que nos llene tal y como es. Yo todavía no me di cuenta de eso. Ojala yo fuera tan profunda, tan sincera. Ojala pudiera saber que siento y no mentirme, y pensar en mi futuro. Dejarme de juegos. No es porque no comí. Reconozco que comer me pone de buen humor, pero no es eso. Sos tan yo. Y necesito alguien así al lado. Te necesito a vos. Pero no me hagas caso, seguro que es el principio de algo tan imbécil como lo que ya tengo.Con perdón, no te lo mereces. No por malo sino por vacío. ¿Cuánto duramos? Entre una cosa y otra, un mes. Fue insulso, rápido, tengo buenos recuerdos pero son casi infantiles. Los apodos, los abrazos incómodos, la diferencia en el trato. Pero más que nada los besos, ¡Siempre fui tan estúpida! Y después, la renuencia, tus mensajes. Sí, sos el más lindo de todos. Pero ahora las cosas son diferentes, no sería la primera vez que remiendo una relación. Te vi con Niebla al lado. Me gustaste vos más. Pero me conozco y no te prometo nada. Siempre consigo lo que quiero. Entonces, a Vos: Gurí.Disculpame. En serio, soy de lo peor. Gracias por esa noche. Fue todo muy raro. Y sí, de histérica no me falta ni el título. Pero prefiero dejarlas cosas como estaban, nulas casi, muy infantiles. Adiós, por ahora, al Niebla cariñoso.Las cosas se nos dan desencontradas a nosotros. Una vez, la única vez, no sé que paso. Realmente, no me acuerdo, es un eufemismo. Igual sé que no nos acercamos. Hiciste la única cosa que me vuelve loca y me hace perder todos los recatos: me besaste el cuello. Quedó ahí. Eso fue suficiente como para dejarme prendada por un buen rato. Tenés una boca tan deseable que me muero por morderla. Lástima la parte de la Morocha. Por eso, para Vos: JC.Te vi, pero no juntabas margaritas de ningún mantel. Criticabas mis (Super) habilidades y yo me acercaba y te besaba en mis pensamientos. Que ganas de darte la mano que tenía. Que lástima que no estábamos solos.Y vos... vos, ¿Cómo llamarte si fuiste tan discontinuo? A ver... Imaginemos que por una vez sí pusimos las cartas sobre la mesa, sí nos fuimos de frente. Un beso un verano no es historia. Digamos que es, si no un prólogo, una sinopsis. El primer capítulo fue un fracaso. El segundo daban ganas de dejarlo. En fin, eso hicimos. Tras una mala pasada abandonamos todo y dejamos una buena historia de caminar en contra por la facilidad. No nacimos para esto de romper las reglas. Por eso, para Vos: ¿Conformista?.Te conocí. Estaba demasiado ocupada arruinándome la vida como para verte. Después me sonaste conocido. Un amor de la infancia, le dicen. Verdaderamente, el parecido era ínfimo, pero los rasgos más característicos los compartían. Con el tiempo mi relación con vos fue cambiando, y la tuya, todavía, no sé. Yo tan honda y vos tan profundo, con el silencio ya nos decíamos todo. Las cosas están iguales para mí. Todavía me gusta imaginarme mi boca al lado de la tuya en un beso. Todavía me desvela tu insomnio. Todavía me intrigan tus rehuidas. Para Vos: Niebla.Acá la primavera es diferente. Es un pasito antes del verano, el verano con playas solitarias, calor y aguas heladísimas que todos mentimos “pasables”. Y vacaciones, diversión con amigos, no tener que tocar una carpeta aun cuando nos hayamos llevado la vida a febrero. Pero la primavera es como un avance. Y en los avances la película parece buenísima. No importa como resulte.
Acá el pasto es verde, te podes tirar en cualquier lado, y estés donde estés alrededor vas a tener ruidos de pajaritos y flores rosas de cerezo. Es hermosa la primavera en el sur. Y lo mejor: ayer estaba en remera, y hoy pronosticaron nieve. Si no te gusta el clima de Bariloche, espera cinco minutos.
Nos destapamos, queremos sol, necesitamos un poco mas de calor (¿Será la falta del mismo en todo el año, y no justamente en el cuerpo?) La primavera de mañanas con brisita fresca que te abraza, la primavera de tardes en donde el sol te besa y de noches en donde el frio te asesina brutalmente.

Y yo también detesto a palito Ortega.Temblaba. No tenía frío. Hasta podría decirse que ardía.
Se apretaba a su única fuente de calor como si le fuese la vida en ello. Parecía mucho más pequeña, más vulnerable, más frágil. Ella se había vuelto fuerte. ¿En qué vivía ahora su coraza?
Escuchaba un latido lejano, y junto a él, una respiración entrecortada marcaba el ritmo con que debía respirar ella. Cerró los ojos, los abrió de a uno. No quiso mirar. Iba a cometer suicidio emocional y no estaba totalmente preparada. Todo habría sido más facil si hubiera aceptado ayuda, cada una de las cientos de veces de veces que se la había ofrecido. Podría, ahora, decir todo sin miedo. Pensó que, al contar hasta tres, sería capaz de abrir su boca y dejar salir las palabras que le cerraban la garganta y le empapaban los ojos. Pero sus labios estaban sellados. Intentó una vez más. Nada... Pero no podía permitirse guardar ese secreto un segundo más, un último intento o se rendiría. Respiró profundo, cerró los ojos y:

-Te... Te amo- tartamudeóNo nos lastimamos. No nos criticamos. No somos malos.
Yo sí:
Tenía la confianza necesaria. Algo podía lograr, y sin ayuda. Tantos años con el rencor de la herida cerrada por fuera pero rota por dentro. Tantos años llorando a escondidas, mintiendo la verdad, odiando. Rezando por olvidar, buscando una salida, o pura venganza. “Perfecto”, se dijo. Escribió el último párrafo y dijo perfecto…
Se levantó y se dirigió convencida hacia el otro extremo de la habitación.
Notó su estado profundo de confusión cuando se reflejó en un espejo. Y quiso cambiar.

Muramos, desfallezcamos tomados de la mano, inyectados en sangre y furia.

Principe de mi cuento de horror

Los baobabs son nocivos- me dijeron- los baobabs nacen, crecen y no paran hasta destruirte- dijeron. Son muy lindos, muy grandes, muy sobresalientes, pero hacen estragos- dijeron. Yo no escuche y preferí seguir amándote.



A veces duele, es verdad.
Pero cuando no, ¡Qué gusto!

Esgrima

Me envuelve en un rincon sucio. Se atreve a retarme, a probar de qué estoy hecha. Me observa, tratando de que mi mirada se subordine a la suya. Soberbia, solo eso y nada más. Parece creerse superior, pero quien acorrala de esa forma no es mas que un (vil) cobarde. Quiere tenerme. Juega con su espada, lentamente en mi cuello:
-Sentí- dice en tono amable, pero yo sé bien que es una amenaza.

Hold me tight

Te grito que no puede ser. Que no deberías haberlo hecho. Que estás tan equivocado como siempre. Y te grito y te grito y veo como tu tamaño disminuye. No te movés de ahí, no tenés fuerza, pensás que cualquier movimiento acrecentaría mi ira. Y es verdad. Estás tan a punto de llorar que gemís bajito esperando, rogando, que no te escuche. Eso sólo me daría más poder. Y yo desde arriba veo como te haces más y más chiquito, como tratás de desaparecer bajo las sábanas y como se te resbalan las lágrimas por la cara.
-Pará- decis con un hilito de voz. Yo paro. Me acerco y te acurrucas a mi lado como un ratoncito herido. Me abrazas fuerte, no quiero que me sueltes nunca más. Me duermo esperando no despertar.

Shh

Me mantengo sentada frente a la única fuente de calor. Esto es tan acogedor como tú. Decidí guarecerme así por cuestiones prácticas, otros medios serían tan complicados que acabaría por cansarme. No prometo que eso por aquí no suceda, que quede claro. Pero al menos puedo estar tácitamente escondida, pegando grititos de auxilio largo tiempo, hasta que alguien venga a rescatarme de mi soledad y me lleve pataleando hasta la civilización. ¡Ah, los cosmopolitas! No entiendo su manía de juntarse en masa ruidosa y alegre. En cambio, prefiero la oscuridad, un libro, una pipa encendida, un vaso de ron. Mi cielo lo pinté de esa forma a fuerza de traiciones. Solitario y perfecto.

¡Y miento tan bien!

Me quedé sin ideas y sin ganas. Pude empezara decir algunas cosas y me detuvo el súbito impulso de saber que lo hacía mal. No buscaba que todos supieran que no sé ocultar esto como pretendo hacerlo. Y no soy una poeta. Nada más alejado de la realidad.
Soy tan transparente que nadie me ve. Eso, señores, sí es poesía.

Tocame

Decepcionada por lo que soy
Decepcionada por lo que dejo que vean.
Decepcionada por lo que me rodea, por lo que rodeo.
Decepcionada de ellos.
Decepcionada de vos.
Decepcionada por tu reacción.
Decepcionada de mi pasado y de mi futuro.
Pero no de este presente. Creo.
Tengo un ramo de ilusiones en la mano. Es pequeño, triste y mojado. Pero es lo que pude comprar con las noches de desvelo y las gotas de mazapán. A veces me ayuda, a veces sí que se luce. Pero solo a veces. La mayor parte del tiempo, cuelga de mi mano sin brillo ni vida, como la luna cuelga del cielo, prendida de un alfiler. Cuando cruzo en la calle a un mendigo de besos que me mira sonrojado, reluce en sus ojos mi pequeño ramo y baja la vista. Y dado que muchos no lo tienen, como los empresarios, los políticos y los escultores, a los niños les fascina verme caminar orgullosa con mi ramo en la mano, bamboleándose rítmicamente. Ocasionalmente, miran curiosos y preguntan si pueden tocarlo. ¿Cómo negarme a sus sonrisas plenas? Tengo un ramo de ilusiones en la mano. Es pequeño, triste y mojado.

Desempolvando trapos

Bueno bueno. Estoy aprendiendo como es esto, así que tenganme paciencia. Espero que lo que estoy haciendo ahora esté, por lo menos, aceptable. Un saludo para todos aquellos internautas que osaron (y con valor) encontrar este blog que, aunque nuevito y lloron, esta todo empolvado.