¡Maravilloso! (¿Maravilloso?)

Son unas hojas revueltas y escritas por todos lados, llenas de incongruencias y desparramadas en una vieja carpeta, pero se cree diario.
Él me dijo que era feliz. Que era feliz siendo escrito por mi. No quería vivir lleno de ecuaciones y, menos aun, de bronca enganchada adentro. Ahora tiene pensamientos sobrios, tales como: "Quiero empezara dibujar", o "Ya se que no soy como el común de la gente". Y algunos más tristes, para que mentir. Pero bueno. Él me lo pidió, y yo estoy para complacerlo.
Me cuenta que le gusta el bossa. Que le gustan mis palabras, que le gusta el olor a tinta china con la que lo escribo. Me critica que lo dejo tirado, que ahora, por ejemplo, esta todo sucio.
Y aunque no lo dice, sé que me mira con recelo hacer esto, escribir acá. Debe pensar, ¿Y yo, para qué estoy? Y tiene razón. Pero a veces es más fácil compartir. No lo entiende, es tan terco como yo.

No hay comentarios: