¿Qué por qué te digo esto? Principalmente porque puedo, porque decírselo a una persona sería casi cometer suicido emocional. Yo sé que no me juzgas, que estas acá cuando quiera, si te llevo conmigo te tengo al lado, no tenes nada mas que hacer excepto escucharme a mi. Y no podrías criticar cada cosa que digo, no me das consejos que nunca usarías. Y sé que nunca me traicionarías salvo que yo me traicionara primero, que no podrías esconderme cosas, que no me mentirías y que serías amigo siempre y cuando yo te dijera la verdad (o no, creerías todo lo que te digo, demasiada inocencia blanca bajo tu piel) ¿Qué me cansaría de decir las cosas y no recibir respuestas? No lo creas, mi pequeño amigo. Por ello te busco, porque no quiero que comentes nada de lo que digo. Para eso, sí, están los otros. ¿Te podrías considerar un borrador de lo que tengo que decir? Exactamente. Eso eres. Un simple borrador. Pero recuerda que los mejores artistas empiezan por un borrador. Sin ti, mis ideas escaparían por los pequeños agujeros que tiene mi cabeza y no podría inmortalizarlas. Pobres, ellas no entienden su cruel destino sin mí. Y sin ti, por supuesto. En cambio, cuando me ayudas a guardarlas por un rato, estas cumpliendo un papel mucho más importante que el que podría cumplir cualquiero otro.

No hay comentarios: