Te amo con todo el intestino delgado.

Hoy me entretuve viendo fotos nostálgicas que me daban miedo.
Me acordé de que éramos felices y no parábamos de reírnos, y volví a preguntarme que nos pasó.
La lógica me dijo que no se le ocurría nada, todavía. Muchos meses buscando explicaciones para no obtener ninguna respuesta. "La tripa" me comentó que ya no me querías cuando decidiste dejarme sola. Que ya no te reías. Peleábamos más a menudo, nos veíamos menos. Pero yo no me dí cuenta de todo eso hasta que me lo diste envuelto en un paquete.
Ya no te tengo rencor pero debo reconocer que me duele, porque todos tus defectos se llevaban de maravilla con los míos.
Por suerte no fuiste vos el que me tatuó la pica. Por suerte fuiste vos el que me tatuó el ala.
A medio año de no verte, me siguen faltando algunas caricias. Yo pensé que el dolor no duraba tanto. Que los demás exageraban.
No te veo, no te recuerdo, no te espero (por Dios que no te espero). Y, que extraño... Me asaltó la melancolía con las fotos nostálgicas que ya no me dan miedo.

1 comentario:

Búho dijo...

Por desgracia, al final tengan que ser 7 meses de vacas flacas. O tal vez no, o tal vez menos, o tal vez más. Cuestión de fé...o de resistencia...