Yo soy un poco endeble, ya sé, pero no quiero que me traten como un saco de boxeo ni mucho menos.
Igual, con todo el miedo que tengo y esas cosas feas, me las arreglo bastante bien. Aún con las manos atadas y la cabeza bajo tierra.
Aún con el corazón roto y la mente en tempestad.
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