El primero andaba a media máquina, el segundo estaba blanco de muerte. Pero se presentaron a la clase y trabajaron hasta donde podían, sacaron lo mejor de ellos aún cuando se les debe haber hecho cuesta arriba. Lo mejor de todo es que ese "hasta donde podían" fue tan maravilloso que Uma salió del establecimiento con la sonrisa más grande en la cara, charleteando con una compañera y notando la puntualidad del grupo que, por primera vez, había llegado todito antes de las tres en punto.
Está Jero, que junto con Edu hacen un dúo magnífico. Es hilarante la contraposición de personalidades. Uno, loco, animado y burlón; el otro, pacífico, tranquilo, lánguido. Pero cualquiera de los dos con Juan tampoco se quedan atrás.
Pez es la payasa más pierrot del mundo. Se le nota en los gestos que tiene ese almita triste pero que no se permite perder las esperanza.
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