Romper.

Esto es un descargo, nada más. Es gritarlo acá o a quien le corresponde, que nunca es bueno.
Dejen de atarme, estoy cansada de hacer fuerza pero, sépanlo, no voy a dejar de hacerla. Incluso voy a gritar más fuerte cuanto más intente pararme. Yo no soy lo que ustedes quieren que sea. Mala suerte. Yo soy yo, así, y ya demasiado me cuesta aceptar que soy alguien. Así que les pediría que no me coarten más, que no me repriman más, que no me miren con lástima cuando me ven bajar las escaleras con pollera o cuando les digo que voy de estatua viviente a la Mitre.
Suéltenme, no soy una "nena", como dijiste vos. No soporto cuando me preguntás si me queda mucho de vestirme así. ¿Y si sí me queda mucho, qué? ¿Te molesta? Y bueno, cométela.
La cantidad de hilo que me queda en el carrete es tanta... no voy a desperdiciarla en vivencias que los contenten a ustedes, si no a mi. Ustedes no viven según mis reglas, yo no tengo porqué vivir según las suyas.
Dejen de arañarme los tobillos cuando quiero saltar a mi vida. No quiero cercarme. No quiero usar la última opción.
Déjenme en paz, déjenme sola. Yo puedo.

1 comentario:

Búho dijo...

Con alas tan grandes como las tuyas nadie puede mantenerte en la tierra. Volá, Humo, que naciste con el cielo en tus ojos y el viento en tu alma