¿Vocabulario? No, gracias. II

Uma, la triste, bohemia, bucólica Uma se sacudió las ropas de estudiante secundaria.
Se las quitó, se hundió en un sueño profundo que le duró varios meses.
Cuando despertó, vio lo que era la vida y reemprendió el viaje.
Se supo valiosa, quizás (y siempre quizás), apta.
Entró al arte por la puerta delantera, altiva, con cara de asco y superioridad, que es lo mismo. Se encontró desarmada, porque no tenía idea de fotografía, la pobre. Pero supo que, en algún lugar, todavía estaba el profesor insatisfecho y el compañero mediocre.
La descolocó el nuevo hábitat. Se sintió fundida en la sillita, en el cuartito, en el pequeño mundo.
Y fue feliz en su infelicidad.

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