Ayer, al amanecer, noté que estaba sola en esa cama y sola en esa habitación fría. Necesito dormir con alguien. Noté también que aclaraba afuera y en general a esas horas la noche sigue comiéndose a las luces. Y por consiguiente noté, además de que era sumamente extraño, que el invierno se acercaba, el clima iba a ser todavía más inclemente con mi cuerpecito. Y te necesité.

No hay comentarios: