"Quizá es porque me decis que no muy suavemente, al oído. Quizá es porque después de cada "no" murmuras "pero". Quizá es por impulsivo, por querer acelerar las cosas, por querer vivirlas. Quizá es por no conocer otra cosa más que el presente. O quizá no es por ninguna de esas cosas, y solo esté delirando con una realidad que no existe. Será que no puedo entenderte del todo, que sos una de esas pocas personas a las que no puedo comprender, que me intrigan. Pero entre todas figuraciones, entre todas estas preguntas, una sola cosa me queda en claro, probablemente la única cosa a la que puedo agarrarme: el corazón no se jaquea porque sí. Yo sé, los dos sabemos, que podriamos decir que no, que después, que no sabemos. Pero yo estaría mintiendo. Y tal vez sea porque vivimos de dos formas diferentes (aunque sospecho que nuestra lucha es la misma, que queremos los dos escapar de ese maestro autoritario de la conciencia que es la duda, la reflexión, el pensamiento). De cualquier forma yo te puedo esperar, puedo seguir molestándote... por lo menos hasta que me encuentres o en su defecto pueda descifrarte y finalmente comprenderte. También espero, me aferro, a que ésto último no pase, a que solo pueda comprenderte cuando vos quieras que lo haga. Porque quizá es porque sos imposible en mil formas, pero lo cierto es que hay algo en vos que hace que no pueda dejar de pensar, que QUIERA pensar."


Y me acordé de vos pero ya como alguien que vivió antes.
Y gracias, porque quizá me diste algo más en lo que pensar y no morirme en el intento.
Y perdón, porque dejé de quererte en el momento indicado.
Y sí, ya sé, creo que me corté y te dejé ver adentro, ya no soy incomprensible.

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