Buenas tardes.

Muchos de ustedes no conocen a Claribel. Es más, de los lectores ocasionales y desafortunados que tengo, creo que sólo uno puede decir que la leyó, pero no que la recuerda. Y no la recuerda porque tuvo tan poca importancia en mi blog y en mi vida que de a poquito se fue sentando, agachando, acurrucando, escondiéndose. Tuvo vergüenza de haberse erguido tan orgullosa. Después se durmió, o se murió, que es lo mismo.
Era una damita triste, resentida, que contaba felicidades porque le gustaba mentir.
Claribel es nueva ahora. Pero no es otra.
Una vez escribí una historia de tristeza y desamor. Mientras desovillaba llantos embebidos en tinta, pensaba cual podría ser el final. Porque esa autobiografía mentida no tenía uno. "Todavía".
Hoy Claribel es una mujer diferente, una mujer sin Leandro. Pero con un nuevo caballero que esta vez sí la hace feliz, o eso cree. Y ese caballero se llama Edwy.

1 comentario:

Eudeba dijo...

Claribel es magnífica