Lloró, lloró como nunca lo había hecho, desahogándose y muriendo. Clamó al cielo por una explicación, una respuesta, por el alivio. Y luego escapó del castillo con nada más que unas pocas ropas.

“¿Quién será a esta hora?”, se preguntó Hergaf, al despertar en medio de la oscuridad de la noche cerrada del bosque. Levantose del camastro de paja y acudió presurosa a la puerta, esquivando las ollas en las que todavía intentaba sin éxito hervirse algún liquido. La bruja abrió la puertecita y vio los rizos desordenados de la niña frente a ella.

-Tienes que ayudarme… tienes que… - susurró la princesa, cubierta de lágrimas, barro y frustración.

-Pasa, pequeña. Ya sé qué ha sucedido.

1 comentario:

Búho dijo...

No extrañaba a Claribel, a decir verdad. La recuerdo en las dos versiones que aprecié: cuando era 4 líneas de palabras sin profundidad, una historia tal vez de hadas que aún le faltaba mucho para terminar. Después la conocí mejor, supe del supuesto cuento del que provenía y el reino en el que estaba. Y para rematar, pude leer toda su historia, por lo menos la que estaba hasta el momento, la presente en este espacio. Verla de nuevo, renovada pero con el pasado presente, me hace sentir bastante bien. Me hace sentir orgulloso de ella también. Felicidades, Claribel, después de todo el cuento va a tener finalmente un final feliz. Bienvenido, Edwy.