Buenas expectativas. Buen horizonte. En dos semanas puedo llegar a tener una muy linda vida. Voy a ir preparando el terreno para lo bueno que espero que me toque.
En general no la paso mal. Algunos detalles de mi pasado, algunos internos, algunos ocultos que todavía no llegué a vislumbrar por entre medio de la enmarañada selva que es mi cerebro. Pero salvando esas cosas, me las arreglo. Quizá la vida es buena y no sabemos verla, quizá soy demasiado optimista. O quizá me estoy mintiendo y por dentro siento una profunda decepción y una tristeza igual de profunda. Pero me mantengo a flote.
Pasé una semana terrible, estaba sumida en una oscuridad espesa y honda que me absorbía cada minuto un poquito más. Pero me voy levantando con las perspectivas de unas dos semanas interesantes que llevan a tres buenisimas. Ojala.
Cero vuelo.

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