Dream on

La vida me sonríe. Bah, me esboza una sonrisa. Depende de mi aprovechar esa repentina felicidad. Si no me equivoco lo estoy haciendo. Pero no prometo nada, quizá mi enfermedad se suelte en el momento justo y comience otra vez a arruinar lo que voy construyendo.
¿Conocés el cuento del perro que entra a una casa llena de espejos? Yo entro moviendo la cola. Literalmente.

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