Sorprendentemente VI (o Títeres V)

Pero no es René la única que sufrió el despedazamiento. Por fortuna no lo es.
En las noches, en las lluvias, René nota que ese títere que la sigue de atrás proyecta una doble sombra: galante, sombría, alta y roída. Y también mundana, mediocre, violenta y linda de tocar.
Por un lado la persigue y la enamora el recuerdo y sus sutiles representaciones, todo en la Fiera es perfecto cuando es la Fiera; sin embargo, la infusionable fractura que se hubo generado en ella se materializa en el momento en que está al alcance de sus manos y las tentaciones son muy otras. Entonces no es nadie.

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