Surquitos.

No, pero si yo venía de lo más bien. Te lo juro. No es que te me sigas colando en las pesadillas ni nada de eso. Pero justamente ayer te pensé y supe que quizá se estaba por cumplir un año. ¿O ya se cumplió? Bueno, al fin y al cabo es lo mismo y a mi no me hace falta mirar el calendario para saber que si me acuerdo de vos es que se está por cumplir un año desde que te permití la última entrada.
Pero en serio que venía de lo más bien, bajando alterada después de hablar en frente de un montón de personas, cosa que no hago nunca; venía discutiendo chocha con uno, de la mano con el señor, que venía charlando chocho con otro, y ¡PUM! Un gorro verde. Me pareció que vos tenías un gorro verde. No me acordaba. Te miré y no pude reconocer bien si en realidad eras vos o si alguna otra sombra de esas que se me aparecían a veces desde atrás de todas las cortinas estaba apareciendo ahora ahí, atrás de ninguna cortina, más bien en toda su desnudez, una desnudez escalofriantemente cercana, dándome a entender que aunque no fueses vos, aunque en realidad ese fantasma tuviera como único fin acorralarme y secarme las manos, y dejarme sin palabras, atascada en un "estamos los... los chicos de Letras... Letras. Y también los de... ¿Qué te estaba diciendo?", aunque la maldad encarnada sólo se presentara como una ilusión, el verdadero mal no sos vos sino todos estos surquitos sobre mis brazos que yo puedo acariciar con los dedos. El verdadero mal soy yo, y es un poco triste, incluso es triste que yo no le escriba a nadie más que a vos. Es triste y es injusto.
Pero ahora llueve, y es de noche. Y hace como un año que no sé nada de vos y que cierro los ojitos y me escondo abajo de mil sábanas para no enterarme de tus cosas, y le pido por favor a mis recuerdos, y no toco los libros que vos tocaste para no despertar a ningún monstruo, y no leo lo que te escribí, y si me hablan de vos sonrío y me callo, y trato de no verte en ninguna poesía ni en cualquier café, y por dios que evito los lugares en que sé que estás. Y uno pensaría que todo esto duele como nunca nada había dolido, pero no. Yo venía de lo más bien. Te lo juro.

No hay comentarios: